Antes del 2012
De nuevo yo, como el año pasado,
sentado frente a la compu tratando de transmitir en estas líneas lo que el 2011
representó para mí. A diferencia de mi resumen del año pasado, esta vez no
estoy a horas de que termine el 31 de diciembre, sino que son las 6 y 23 de la
mañana. Mi madrugada se debe a un inacostumbrado momento de insomnio, de esos
que dan cuando despiertas pensando en alguien, en algo o en todo. En esta
ocasión, me encuentro acompañado de la música de Adele, y consideraré un éxito
mi madrugada si no se levanta mi madre para intentar llevarme de regreso a la cama
tras descubrir que me he levantado.
Resulta
que en estos días y semanas he pensado demasiado. Es un efecto que siempre me
traen las vacaciones, como que tengo demasiado tiempo libre y entonces comienzo
a reflexionar sobre las cosas que le pasan a este estudiante de periodismo.
También reflexiono sobre mi vida, sobre mi familia, sobre el amor (esa
sensación extraña que aún no he terminado de descifrar), sobre la escuela, mis
amigos y más. Cuando viajo, me siento en el autobús y ahí es cuando más ideas
se me vienen a la cabeza, como si los autobuses viejos y ruidosos que hay en mi
pueblo tuvieran la capacidad de despertar en mí curiosas teorías mentales. Así
es como finalmente tengo la oportunidad de dar un escaparate a mis apretujadas
ideas en mi cerebro que pugnaban por salir de ahí y transmitirse en un frío
documento de Word que será trasladado a mi blog.
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